En mi primera entrada del Blog, tuve la ocasión de
reflexionar sobre lo que me había aportado conocer el modelo pedagógico de
Flipped Classroom. De esta manera, el conocimiento de una nueva tendencia en el
mundo educativo nos abre la puerta hacia distintos tipos de actividades. Y es
en este punto en el que me gustaría centrarme en mi nueva entrada.
Por ello, me gustaría realizar la siguiente pregunta: ¿de qué
sirve conocer nuevos métodos, metodologías...si no las ponemos en práctica?
Inicialmente, es muy interesante adentrarnos en la nueva tendencia a través de
la lectura y la investigación, pero siempre es necesario, llegado a un punto,
atrevernos a probar. Así, el reto de programar una sesión utilizando el Flipped
Clasroom me ha parecido tremendamente enriquecedor e interesante. Si la mera
lectura de conocimientos era importante, ponerlos en práctica nos ofrece
resultados reales con los que podemos testear las reacciones y efectos en los
alumnos. De este modo, considero que es muy beneficioso para el docente y para
nuestros alumnos combinar distintas metodologías y métodos que abran la visión
del sistema educativo.
Por supuesto, de la misma manera que sucede en la vida, la
experiencia es un grado. Al principio, resulta más difícil poder conocer todos
los tipos de actividades que forman parte del modelo FC y de qué manera poderlas
integrar todas. Es por ello que la creación de una sesión necesita la práctica,
para poder conocer los resultados que se han obtenido y las formas de mejora. Sin
embargo, es obvio que el modelo Flipped Classroom puede ofrecer un abanico
diverso de actividades que podemos poner en práctica de distintas maneras y
utilizando distintos dispositivos, según tengamos la oportunidad. Desde mi
punto de vista, lo más importante es intentar adaptar las actividades a las
necesidades de nuestros alumnos, y entender la programación de las sesiones
como la oportunidad para preparar distintos tipos de actividades.
Al igual que las actividades del modelo tradicional, las
actividades de Flipped Classroom necesitan ser evaluadas, ya sean de una forma
u otra. Aunque se utilicen un distinto tipo de criterios, es necesario poder
establecer unos mínimos a través de los cuales podemos valorar la actuación de
los alumnos. Es por ello que la creación de una rúbrica es esencial, no solo
por la necesidad de evaluación sino como guía de la propia actividad, con la
que el profesor puede organizar mejor su correcto desarrollo. En mi caso, la
creación de la rúbrica ha supuesto la aclaración de lo que realmente me
interesa o no que los alumnos trabajen más, y a subrayar aún más el objetivo de
la actividad.
En mi caso, la oportunidad de poder introducir el modelo FC
en una sesión práctica ha supuesto la ocasión perfecta para practicar lo
aprendido en este curso. Así, en mi caso puedo continuar el proceso de
investigación y conocimientos de nuevas tendencias del mundo educativo. Todo
ello no es tarea fácil, puesto que hay que ponerse en contacto con nuevas
nociones que cambian el modelo tradicional (al que nos encontramos ciertamente
más acostumbrados); sin embargo hay que tomarse todo como un reto profesional
en el que poco a poco, a base de trabajo y práctica, podremos ir mejorando.
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