viernes, 9 de noviembre de 2018

Mi primer contacto con Flipped Classroom

"The man who can make hard things easy is the educator"- Ralph Waldo Emerson

De todos es sabido la transcendencia del rol del profesor en el proceso de aprendizaje de los alumnos.  A pesar de esto, el mundo real nos enfrenta a una serie de dificultades que nos pueden enfrentar a la reflexión utópica que ha iniciado este Blog. Indudablemente, la enseñanza y el aprendizaje son dos variables que se encuentran en permanente cambio, y la realidad actual poco tiene que ver con el concepto que tenía el escritor, poeta y filósofo estadounidense del siglo XIX. 
Siguiendo esta línea que remarca los cambios continuos que suceden en la educación y el aprendizaje, es interesante para el docente prestar atención a diferentes metodologías y modelos pedagógicos que pueden ampliar y mejorar el sistema educativo. Es en este punto donde el modelo de Flipped Classroom emerge como un modelo a considerar en el estudio y la práctica.
Antes de entrar en contacto con este modelo pedagógico, mis ideas iniciales sobre el Flipped Classroom no abarcaban muchas nociones. Es cierto que el propio término implica la existencia de un cambio, de una "vuelta" que le damos a la clase. En un principio, pensé en la dificultad de poder implementar un modelo en el que se cambia de esta manera los papeles entre profesor y el alumno.
Sin embargo, gracias a los conocimientos aportados por el curso, la teoría, esquemas y videos explicativos me han permitido entender este modelo pedagógico desde una perspectiva más amplia. El entendimiento del alumno como centro del aprendizaje permite que el profesor pueda ser más consciente de las necesidades individuales, así como ahorrar tiempo en la clase para actividades más beneficiosas para los alumnos. También es considerable el papel que le da a las nuevas tecnologías. A día de hoy, nuestros alumnos están acostumbrados a utilizar el móvil, tableta, ordenador, por no mencionar el gran número de aplicaciones y de redes sociales. Así, el modelo de Flipped Classroom permite a los estudiantes utilizar las nuevas tecnologías (lo que indudablemente les puede motivar)  y al profesor a "dar la vuelta" a su visión de la clase tradicional.
De todos los beneficios que el modelo Flipped Classroom nos puede proporcionar, sin duda alguna existen dos nociones que son mis favoritas. La primera responde a la centralización del alumno en el proceso de aprendizaje. Desde mi punto de vista, debemos acabar (en la medida de lo posible) con la concepción de que el proceso de aprendizaje es igual en todos los alumnos. Debemos intentar guiar a nuestros alumnos en aquellos puntos que necesiten para seguir con el cumplimiento de sus objetivos, sin establecer excesiva exigencia por el cumplimiento de plazos. Los objetivos y la competencias pueden ser valorados desde distintas perspectivas, y ningún alumno es mejor que otro por llegar a un punto antes que otro. Finalmente, me gustaría destacar el papel motivador de las nuevas tecnologías en el desarrollo de nuestras clases. Creo que es indudable que cuánto más atractiva sea una actividad para nuestros alumnos más ganas pondrán en ella y mayor motivación se alcanzará. Así, este modelo nos permite aunar los conceptos que los alumnos deben adquirir con las nuevas herramientas con las cuales los podemos implementar.

Desde mi perspectiva como docente que está empezando, tener a mano herramientas que pueden ayudar a hacer la clase más dinámica, y no solo seguir el modelo tradicional, me aporta un mayor abanico de posibilidades a desarrollar en mi trabajo. Todo lo que suponga mantener una formación constante y estar al día de las nuevas tendencias permite que el trabajo del profesor sea mejor, y así se puedan afrontar mejor las dificultades que ya surgen día a día en la clase, ya que como he iniciado mi Blog, el sistema educativo no es una utopía. 

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